Fue en Inglaterra donde comenzó la tradición de los anillos de compromiso.
En el siglo XV un Lord ingles de quien todas las doncellas estaban enamoradas, en contra de las costumbres de su época se enamoró de una plebeya y deseaba que ella sea aceptada por la nobleza de ese entonces. En su desesperación consultó con su consejero (sabio de esa época) y le preguntó qué podía hacer para que su amada sea vista en el mismo nivel social. El sabio le dijo que consiguiera un diamante y lo engastara en un anillo de oro y que se lo ponga en el dedo anular de la mano izquierda. Dicho anillo tenía que ser entregado en una fiesta donde estuviesen todos los nobles.
El Lord Ingles siguió las indicaciones y en la primera ocasión se acerco donde su amada y le dijo: ¨te entrego este anillo de compromiso como promesa de amor, pues el diamante es eterno, y no hay nada en este mundo que lo pueda desgastar, y te lo pongo en el dedo anular de la mano izquierda porque hay una vena que va directamente a tu corazón". Ante tan romántico acto todas las doncellas exigieron a sus pretendientes que siguieran este lindo gesto. Instituyéndose de esta manera la hermosa tradición que se perpetua hasta nuestros días.
En el siglo XV un Lord ingles de quien todas las doncellas estaban enamoradas, en contra de las costumbres de su época se enamoró de una plebeya y deseaba que ella sea aceptada por la nobleza de ese entonces. En su desesperación consultó con su consejero (sabio de esa época) y le preguntó qué podía hacer para que su amada sea vista en el mismo nivel social. El sabio le dijo que consiguiera un diamante y lo engastara en un anillo de oro y que se lo ponga en el dedo anular de la mano izquierda. Dicho anillo tenía que ser entregado en una fiesta donde estuviesen todos los nobles.
El Lord Ingles siguió las indicaciones y en la primera ocasión se acerco donde su amada y le dijo: ¨te entrego este anillo de compromiso como promesa de amor, pues el diamante es eterno, y no hay nada en este mundo que lo pueda desgastar, y te lo pongo en el dedo anular de la mano izquierda porque hay una vena que va directamente a tu corazón". Ante tan romántico acto todas las doncellas exigieron a sus pretendientes que siguieran este lindo gesto. Instituyéndose de esta manera la hermosa tradición que se perpetua hasta nuestros días.
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